Estamos próximos a tiempos de elecciones, y el pequeño chairo que llevas dentro lo sabe. Y también sabe que las campañas políticas no son solamente sugerencias acerca de por quién votar, sino que también son todo un show mediático diseñado para que parezca que en vez de pedir el voto, están vendiendo carros o cigarros o algún otro bien o servicio superfluo. O spots que parecen el último video musical de bajo presupuesto de alguna banda.
No nos hagamos: esto en gran parte responde al gusto de muchos mexicanos, que si el spot no tiene musiquita, o una frase pegadiza, o "galleta" que les haga hervir la sangre, o les saque la lagrimita o digan "¡si, a huevo, pinche gobierno puto", ni lo pelan; entonces, respondiendo al lema que dice "al cliente lo que pida", el INE ha estipulado que aquellos spots que sean serios y solamente se enfoquen en la propuesta objetiva y mesurada del candidato o partido en cuestión, y que no tengan musiquita de esperanza o lastimera o dramática (en caso de estarle tirando caquita al partido contrario) serán retirados del aire, y los partidos a los que pertenezca dicho spot serán multados con fuertes sumas.
Derivado de esto, se espera que las campañas de los partidos sean un auténtico despliegue de luz y color, así como pequeños cortos telenovelescos que apelen totalmente a las emociones y no a la razón, pues si fueran totalmente racionales, sería como dice Quico, "así qué chiste".
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