domingo, 11 de febrero de 2018

Señoras que dicen "ya no hay caballeros" exigen a chofer de metrobús que ceda su asiento; no entienden por qué ya no avanza.

El metrobus es un medio de transporte que sigue dando de qué hablar; desde atropellados, hasta choques, robos en andenes y unidades, etc; y el día de hoy sucedió algo que es extraño pero suponemos que podría ser la norma en unos años más: una unidad bloqueó el carril confinado por más de dos horas, retrasando así toda actividad en la línea.



Resulta y sucede que dicha unidad, biarticulada, por cierto, iba atascada como siempre, y al subir pasaje en una estación, abarrotó más los de por sí ya saturados pasillos, lo que causó molestia sobre todo en la sección de mujeres.

Chonita Pérez, corpulenta ama de casa, comenzó a bufar de fastidio y cansancio mientras buscaba con la mirada un lugar vacío u ocupado por un hombre, sin embargo su rápido escaneo fue infructuoso, y como todos sabemos, este tipo de doñitas, si no van sentadas, tienen la necesidad fisiológica innegable de decir "ya no hay caballeros" si ven que algún integrante del sexo masculino se encuentra cómodamente sentado. 

Pero Chonita vio una gran oportunidad cuando pudo darse cuenta de que hasta adelante de la unidad iba cómodamente sentado un maldito machista opresor vestido con camisa blanca, corbata negra, y pantalón café, bigotón y mirando al frente como disimulando para no darse cuenta que decenas de mujeres estaban de pie soportando un incómodo viaje. 

Chonita decidió aplicar entonces la "zorroridad" (diferente a la sororidad) y dijo en voz alta la frase que tenía como pedo atorado "ya no hay caballeros, válgame", y volteó a ver a otra doñita como ella, le señaló con la mirada al machista opresor y le dijo, procurando que las demás oyeran "mire cómo viene el mono ese, bien cómodo sentadote, bien arregladito, de seguro no se friega como una en el quehacer, ya ve una, ya viene cansada y nadie cede su asiento", la otra doñita asintió, y de repente, todas las demás empezaron a emitir voces "sí es cierto, además está en el área exclusiva de mujeres, ¡sáquenlo, sáquenlo!", poniéndose de pie todas y yendose sobre del maldito patriarca de porquería.

El opresor tan sólo acertó a frenar y a decirles, con un tono bastante calmado, "señoras, por favor, soy el operador de esta unidad y ni modo que maneje parado al lado de mi asiento mientras una de ustedes va sentada, y con todo respeto..." no lo dejaron terminar, y se le fueron a las cachetadas, amenazándolo con reportarlo al policía en la siguiente estación, mientras lo jaloneaban; Clodomiro Puentes (así se llama el operador) tan sólo acertó a abrir la puerta derecha (que rara vez se abre) y salió corriendo hacia la siguiente estación a solicitar ayuda.

Primero, las señitos se congratularon unas a otras por su triunfo sobre el patriarcado, y estaban felices porque ya habían ganado un asiento extra; pero dicha felicidad se transformó en incertidumbre y seriedad cuando vieron que el metrobús no avanzaba.

"De seguro algo le hizo, ya ve que los hombres le mueven cosas a los carros, y ahora ya nos pasó a amolar, por eso no avanza", afirmó Chonita, quien aseguró que aparte va a demandar a Clodomiro por daños a instalaciones del metrobús, pues descompuso la unidad a propósito.

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