Anacleto López es más que un chavorruco, pues ya no tiene 30ytantos, más bien anda en los sesentaypico, aunque se siente como de 25, sobre todo cuando escucha a Enrique Guzmán, los Teen Tops y a Alberto Vázquez. Es el típico abuelo "vaselino" que se enoja si le dicen que todo el Rock and Roll mexicano no es más que un vil plagio y adaptación infantiloide de la letra de éxitos gringos como "Wooly Bully" (Bule Bule), "Ballad of Davey Croket" (Pancho López) y "Mother in Law" (Mi Suegra llegó).
Resulta que el buen Anacleto estaba intentando bailar, en la fiesta de XV años de su nieta, una canción de "rocanrrol" como dice él; la rola que pusieron los del sonido ya cuando estaban levantando sus cosas era "Sixteen tons" de Alberto Vázquez, a ritmo "rápido"; se encontraba muy contento "regando la polilla" y recordando sus buenos tiempos de "rebelde" bebedor de malteadas y nieve de fresa cuando se le acercó su nieto Santi y le dijo "mira abuelo, encontré tu canción en el Shazam, y hasta la letra traducida".
Al buen Anacleto le brillaron los ojitos, pues en todas las décadas que lleva siendo "rebelde", jamás supo qué significaba "Aou masou tode campanistor", él nomás la bailaba y ya; cuando Santi le prestó su tablet de Avengers, la expresión de Anacleto cambió de la alegría a la tristeza más profunda, pues descubrió que Sixteen Tons es una canción que habla de un obrero que trabaja demasiado y cada vez está más endeudado dentro de la misma compañía en la que trabaja; Es una balada llena de tristeza y desesperanza que no debería ser bailada, y es lo que le cayó encima de repente a Anacleto, como 16 toneladas de ruquez al mismo tiempo.
El pobre rebelde del rock de repente sintió cómo la diabetes llegaba a su cuerpo, sus pies se hacían como de plomo y su parado copete se caía y se hacía canoso y frágil, mientras se sentaba y pedía su cocol.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario