¡Qué bonitos son los propósitos de Año Nuevo! Son una gran oportunidad para ponernos a ordenar nuestra vida y enderezarla porque ya se nos torció tanto que nos picó el asterisco; ¿Si o no son bien bonitos los propósitos? ¡Pues no es cierto!
Al menos no para la mayoría de la gente, pero, como es tradición, los dueños de los gimnasios, tuvieron como uno de sus principales propósitos para este año ser más ricos, y son ellos un ejemplo de que con constancia, disciplina y explotando tus complejos más cañones, se pueden hacer realidad estos propósitos.
Todos los gimnasios del país, sean los de barrio, los localitos donde dan Zumba para señoras, o los que están en plazas comerciales y tienen un ventanal hermoso para que todos se vayan a burlar de los que hacen ejercicio ahí, han reportado una afluencia más alta de lo esperado. Dichos gimnasios agradecen a las fechas recientes por haber sido pródigas con los taquitos, el pavito, los romerititos, la rosca y otros deliciosos platillos, pues alimentan bastante bien el sentimiento de culpa en quienes los consumen, y eso hace que abarroten los centros de ejercicio y vayan con toda la pila del mundo a hacer tantito ejercicio, tomarse la selfie y poner un estado al respecto de lo que están haciendo.
Esto es, chavos, un claro ejemplo de que sí se pueden cumplir los propósitos de Año Nuevo, nomás hay qué echarle ganitas...o tener un gimnasio.
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