Mucha indignación causó la construcción del NAIM aunque ya llevaba ya más de tres años, y nadie decía nada, pero de repente, miles de personitas "conscientes" se acordaron de que había lago y de que la cancelación sólo implica unos cuantos miles de millones, "cualquier mamada, si el FOBAPROA lo pagamos". Esto implicó hablar de un ecocidio, pero de lo que no se habla nunca es del que el pueblo bueno y sabio hace diariamente, al tirar su basura en la calle, tener hijos como conejos (pobrecitos, "por algo lo harán, no hay qué juzgarlos") o asentarse en lugares en donde sacan directamente su tubo de drenaje a ríos o mares o pantanos.
Pues bien, resulta y sucede que, tras la ceremonia ante la Madre Tierra del Tren Maya, miles de mexicanos ya han encontrado la manera de poder purificar esta cochina y contaminante acción del diario; han salido a donde su drenaje desemboca y le han echado Tonayán, pidiéndole "permiso y perdón", y diciéndole que si está de acuerdo, no dé ninguna señal
Desde esta redacción nos mostramos perplejos, pues han encontrado la solución ideal para contaminar pero sin contaminar. Es decir, "más vale pedir perdón que pedir permiso".
Después de estos rituales, toda esta gente ha anunciado que le van a echar harto detergente a su drenaje para que los ríos estén limpios y con aroma floral
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