En una escena que parece salida de la Revolución Mexicana, en un universo alterno, Peña Nieto sale corriendo al ser destituido por un nutrido grupo de revolucionarios armados cuyo único fin era ese: que renunciara Peña.
Cuando ya no había más Peña, fue cuando se dieron cuenta que, más allá de ello, no se habían puesto de acuerdo en el rumbo que querían para la nación, es más, no tenían ningún plan de nación, fueron en una actitud de "vamos a ver si ganamos, y ya cuando ganemos, vemos cómo le hacemos".
Al tratar de ponerse de acuerdo, surgieron colores políticos, ideologías y prioridades distintas, y de la discusión se pasó a la violencia, y de la violencia a la organización por facciones y de ahí, un "todos contra todos".
El pueblo que todas las facciones juraron proteger y respetar, ahora es víctima de fuego cruzado, saqueos, reclutamiento forzado "a la causa", violaciones, entre otras cosas, mientras, quienes se levantaron en armas con, según, un pensamiento patriótico y romántico, ahora lo único que tienen en la cabeza es cómo sobrevivir y matar al adversario, o sea, a todos los que no sean ellos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario