Manuel Andrés López Obrador acaba de ser investido como candidato presidencial después de que todos estaban intrigados por quién sería coronado con tan gran honor, pues la competencia estaba muy cerrada con AMLO, con "Ya Sabes Quién", y con el Peje, pero al final de cuentas, López Obrador fue quien se quedó con la chamba necesaria para poder pedir chamba de presidente y a ver si se queda con la chamba.
El caso es que el sr. López ya comenzó con sus tradicionales promesas de campaña desde hace siglos: acabar con la pobreza, la corrupción, purificar a los corruptos (más que castigarlos) y otra que aliviará bastante las conciencias de todos los mexicanos, sobre todo los del centro y sureste del país: Acabará con los sismos.
"Yo voy a acabar con los sismos, si total, no es mucha ciencia, nomás hay qué echarle resistol al piso para que no se mueva ,y ya", afirmó, seguido por una tormenta de aplausos de parte de sus seguidores más aguerridos.
Se espera que pronto dé también con la solución para eliminar la pobreza; mientras, fuentes muy confiables, ya adelantaron que dicha solución tiene qué ver nomás con imprimir más dinero, repartirlo...y ya, así de fácil, si no tiene tanta ciencia.
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