El día de hoy sucedió algo que rompió el corazón de muchas personas; nuestros reporteros rondaban por las inmediaciones de Ciudad Universitaria cuando se percataron de que muchos sujetos con el típico aspecto de "chakas" y "malandros" estaban en los accesos de CU llorando desconsoladamente, unos sentados, otros caminaban lentamente, alejándose de CU, y volteando cada cierto tiempo a ver el Campus con lágrimas en los ojos, y suspirando de nostalgia y tristeza.
Ante este poco común suceso, nuestro equipo decidió entrevistar a estos extraños sujetos, quienes incluso parecía que en cualquier momento se iban a ir a aventar en masa a las vías del metro Copilco; resultó que todos estos sujetos eran narcomenudistas quienes decidieron mejor no seguir en CU, ya que la nueva campaña contra las drogas "les rompió el corazón".
La campaña en cuestión apareció en la portada de Gaceta UNAM, y muestra la silueta de una cabeza en color amarillo, y adentro tiene una leyenda que reza "No es tu amigo. Es un narco.". De este estilo será toda la parafernalia anti drogas que circulará y se verá en todo CU los próximos días...o meses...o años...o siempre, quién sabe, y esta fue la que desató reacciones que terminaron por herir los sentimientos de unos humildes vendedores de droga.
Resulta que los alumnos, especialmente los que consumen droga, al ver la gaceta, automáticamente tuvieron una epifanía, y pensaron "si es cierto, esa amistad ya no vale la pena; voy a cortarlo y me dedicaré al estudio y a cantar en el coro de la iglesia", y de manera masiva, comenzaron a cortar de plano, o simplemente a ignorar, a los narcomenudistas.
"Vete de aquí, tú y yo no somos amigos"; "fingí todos mis viajes con la droga"; "ni me gusta el orégano", fueron algunos de los rudos comentarios que recibieron los pobres vendedores de droga por culpa de la cruel pero exitosísima campaña iniciada esta semana.
La mayoría de los narcomenudistas nos dijeron, en entrevista, que ellos en verdad querían ser amigos de "los chavos", que buscaban una amistad limpia y sincera pues en sus lugares de origen no los comprenden, y que la venta de droga era solamente un pretexto para poder tener un millón de amigos y así más fuerte poder cantar.
"Somos almas solitarias, sólo queríamos un poco de amor, de amistad; ahora nos la quitan; hasta les dijimos a los chavos que ya no les íbamos a dar droga, sino abrazos e íbamos a jugar a la rueda de San Miguel, y aun así, nos rechazaron", dijo uno de los narcomenudistas, visiblemente deprimido, tanto, que tuvo qué ser remitido al psicólogo para tratar su condición tan delicada.