Ernesto Juanemán, eminente homeópata del barrio, sufrió el día de hoy una desgracia, pues un asistente incompetente etiquetó mal absolutamente todos los frasquitos de la bodega.
Tribilín Rodríguez, el tonto asistente, al darse cuenta de su error, quiso que este pasara desapercibido y actuó como si nada, pero su propio nerviosismo lo delató, por lo que "se quebró" y acabó confesándole su error al doctor Juanemán.
Lo peor no terminó ahí: esto sucedió en ausencia del doctor, y después de etiquetar, "Tribi", como le dicen de cariño, atendió a personas que fueron a comprar compuestos homeopáticos, por lo menos a 20, y les dio precisamente de los frasquitos con chochitos revueltos, por lo que el doctor Juanemán teme que los pacientes se intoxiquen, pues él asegura que sus medicinas son muy potentes pues pide de las más diluídas que puede encontrar.
El doctor regañó a Tribi, diciéndole que ahora tendrá qué pedir de nuevo un lote de compuestos frescos, y Tribilín inocentemente le sugirió que analizaran los frascos en un laboratorio para ver qué sustancia activa tenía cada uno, y así etiquetarlos correctamente. La respuesta del doctor fue una larga mirada de enojo, además de que el nuevo lote lo va a descontar del sueldo de su pobre asistente.
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