Tras la muerte del amado líder Fidel Castro, se han descubierto secretos que el mismo guardaba celosamente, entre ellos, el diario que mantuvo durante su juventud y en el que explica la razón por la cual decidió rebelarse contra el "imperiali'mo Yanqui"; la causa: un billete de 10 dólares.
"Maldito Roosevelt, nunca me mandó mi billete; ahora el capitalismo sufrirá, ñaca ñaca", reza la entrada del diario, la cual data de 1944.
En otro diario más reciente, hay páginas y páginas enteras que dicen solamente "10 dólares", planas y planas con lo mismo.
Uno de los documentos de la más tierna edad, cuando le decían "Fidelín", es una carta que data de 1940 cuando tenía 14 años y era un pequeño burguesito en una familia algo acomodada, y soñaba con tener en sus manos un billete de 10 dólares americanos; en un curso de inglés, el jovencito Fidel, quien ya contaba con una abundante barba, escribió una carta al entonces presidente de EUA, Franklin D. Roosevelt, saludándolo y pidiéndole que le regalara un billete de 10 dólares; el extracto de la carta dice así:
La carta que Fidel escribió a Roosevelt
Encontramos a un ex compañero de escuela de Fidel Castro, un nonagenario que ahora reside en Miami, el cual narró que en aquel entonces, después de haber enviado la carta a Roosevelt, Castro se la pasaba todo el día hablando de sus 10 dólares y lo que haría con ellos; que tenía mil planes para ese billete, muy diferentes entre sí, pues a veces decía que iba a enmarcar el billete, o que lo iba a gastar, o que iba a ver cuanto dinero cubano le darían por él, o que le haría una pintura al óleo, muchos planes, y hablaba con mucha ilusión sobre su billete, el cual le sería dado por el presidente de los EUA.
"Pasó el tiempo y el pobre Fidel no recibía respuesta de Roosevelt; al principio, se decía a sí mismo que como el presidente era un hombre muy ocupado, a lo mejor no tenía mucho tiempo de enviarle el billete, pero que estaba seguro que en cuanto pudiera lo haría; luego pasó por una etapa de resignación, diciendo que pues ni modo, no había problema y la vida seguía; después pasó por una gran depresión, dibujando billetes de 10 dólares en su libreta, y encerrándose a llorar en el baño de la escuela; y finalmente, comenzó a hablar muy mal de los EUA y de su sistema y modo de vida, y que en cuanto creciera, haría que los EUA se arrepintieran de no haberle dado sus 10 dólares, y empezaría por atacar a su mismísimo sistema económico capitalista, pues si él no podía tener sus 10 dólares, nadie más, por lo menos en Cuba, podría", dijo Kiko Guanabacoa, el ex compañero de escuela de Castro.
Según Guanabacoa, Castro acabó por gritar disparates sobre revoluciones y anticapitalismo en las calles de La Habana, hasta que un día desapareció misteriosamente; pero lo volvió a ver cuando estalló la revolución, momento en el que Guanabacoa aprovechó para huir a Miami.
Ahora que se sabe la razón del odio de Castro hacia el capitalismo, los expertos se preguntan si 10 dólares pudieron haber cambiado la historia, y a lo mejor el día de hoy Cuba seguiría siendo el Las Vegas del Caribe como lo era en los tiempos de Fulgencio Batista.
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