Pepito Pérez Pereira y su "flotilla" son señores cuarentones que se conocen desde chavos y frecuentemente se reúnen para echar el cafecito o los chilaquiles y platicar de sus tiempos mozos mientras se dicen "mano" o "manito" el uno al otro. Tienen en común que, además de señores de las cuatro décadas, son solterones, así que todo el tiempo libre y las magras ganancias que reciben son para ellos solitos, o si acaso la comparten con sus jefitas o sus mascotas en turno.
El caso es que su tiempo, aparte de la chamba, lo pueden dedicar a estar en constante comunicación, y para verse "mothernos" y sentir que aún son de "la chaviza", decidieron abrir hace algunos años, cuando se dieron cuenta de su inminente soltería, un grupo de "feis" para compartir sus ocurrencias, cuchufletas y correrías.
En él, además de las clásicas publicaciones de nostalgia, postean cosas para que se vea que "están en la lucha" y no son "parte del sistema", cosas tales como "el gobierno es malo malote porque xyz, comparte si estás de acuerdo" "comparte si crees que deberían (inserte castigo para los poderosos)", o publicaciones estilo "abuelito de whattsapp", es decir, cadenas que comparten sin siquiera checar la fuente pero que se les hacen "radicales" y "subversivas" (esto último un síntoma de que los cincuenta andan rondando, pues la incompetencia con la tecnología y el analfabetismo digital son directamente proporcionales a la edad).
El caso es que, hace poco, el grupo de feis al que pertenecen fue suspendido temporalmente: la razón real: uno de ellos que se cree "techie" porque solía programar en FORTRAN, publicó SPAM a nombre del grupo sin querer, al meterse a una página porno, cosa que luego luego borró pero no quiere admitir.
Inmediatamente, estos caballeros se pusieron a la defensiva contra "feis" y a publicar cosas tales como "qué raro, qué casualidad que nos bloquearon porque publicamos algo en apoyo a LOMA"; "facebook trabaja para la madia del poder"; "oigan, ¿a ustedes también les bloquearon tal cosa? qué casualidad, ¿no?"
Total que se pusieron a hacer sendas investigaciones detectivescas y, cómo no, a racionalizar todo, lo cual les llevó a la lógica conclusión de: "El poder nos considera peligrosos. Están tras nosotros. No les conviene lo que publicamos".
Tras todo esto, su autoestima se ha levantado y ha traído algo de emoción a sus solitarias vidas, pues ahora viven con la adrenalina a tope, tratando de hacer justicia digital y, cómo no, haciendo notas y cadenas al respecto en el "guats", cada día más caminando hacia la edad de "abuelito con celular que comparte cualquier cosa sin fijarse, y le echa la culpa a otras cosas cuando no sabe usar el teléfono".
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