Después del debate de esta noche, Donald Trump se dirigió al domicilio de uno de sus empleados para tener una cena televisada y mostrar que está "cercano al pueblo".
Gumaro Simón, empleado latino de Trump, recibió a este en su humilde casa, y mientras preparaban la cena, Trump dijo, ante cámaras, "esta cena es para que vean que adoro a los latinos trabajadores y que no tengo nada en contra de las personas que sí hacen grande a este país".
Todo iba bien, incluso los niños de don Gumaro le hicieron preguntas al candidato republicano, quien las contestó con un tono paternal; sin embargo, al servir la cena, Margarita, la esposa de Gumaro, reveló que el plato fuerte sería un pez que su hijo Bartolomé pescó cerca del desagüe de una de las empresas de Trump; todo normal, de no ser porque el pez tenía 3 ojos, y alguna vez, Trump aseguró que esos peces no eran resultado de contaminantes de sus empresas, sino "peces superiores, evolucionados", que incluso podrían tener un sabor exquisito.
Todas las cámaras se enfocaron en Trump al momento de dar el primer bocado, esperando que su reacción fuera de aprobación del sabor del pescado, sin embargo, apenas se lo llevó a la boca, lo escupió, y las cámaras captaron el momento cuadro a cuadro.
"Fue un claro acto de desprecio en contra de la comunidad latina; despreciar la cena que le ofrecieron", comentó Jimmy Pérez, reportero latino del canal 3 de Rhode Island.
Según expertos, con este acto la popularidad de Trump descendió hasta quedar en tan sólo un 4% en las preferencias del electorado.
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