"Jeniffer ya no es la misma...ahora ni siquiera puede articular palabras", comenta con lágrimas en los ojos Guadalupe Arroyo, madre de una adolescente que tiene un cuadro parecido a la muerte cerebral, en el que ya no es capaz de comunicarse más que por medio de Whatsapp y redes sociales.
Godofredo Puentes, padre de la joven, cuenta que Jenny, como le dicen sus padres y amigos, era una niñita muy activa y feliz, que hablaba mucho, era muy sociable e imaginativa, y que su terrible condición comenzó cuando le regalaron su primer celular.
"Pensábamos que sería algo inofensivo, pero ahora veo que quizás le hizo daño a su cerebrito", dijo en entrevista Godofredo, además que fue un regalo para el cumpleaños número 12 de Jenny. A partir de ese día, su vocabulario fue disminuyendo y llegó el momento en que solamente hablaba con monosílabos.
"Lo único que hace ahora es estar acostada en el sillón, con una expresión ausente en su rostro, y lo único que puede hacer es sostener el celular y hablar por medio de redes sociales; si acaso suelta alguna palabra por su boca es "osh", o "me choca", y ni siquiera puede mover bien los ojos, lo único que hace es moverlos para arriba con expresión de fastidio", agregó Guadalupe.
Los padres de la joven consultaron a un médico que les dijo que la condición de Jenny es de cuidado, pues es muy parecida a una muerte cerebral. Lo único que la mantiene con vida es un aparato, en concreto, su teléfono celular. Y que la única solución permanente sería desconectarla de él, lo cual le causaría una muerte inmediata.
Los padres de Jenny se encuentran en un dilema, pues deben elegir entre una muerte rápida y casi sin dolor, o una hija en estado vegetativo por el resto de su vida.
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